La Filosofía es el arte de cuestionar todo lo que te rodea desde un punto de vista reflexivo. Como prácticamente todo, fueron los griegos los que dispusieron su despegue y crearon las bases teóricas sobre las que girará el pensamiento occidental durante los siguientes siglos.
Aristóteles es uno de los tres grandes del pensamiento clásico griego, junto con Sócrates y Platón. Frente a su maestro, Aristóteles configura una cosmovisión más apegada a la realidad y a lo sensible que al mundo de las ideas abstracto platónico (o inteligible).
Recientemente he leído un libro sobre este filósofo en que había una frase lapidaria acerca de su concepto de Metafísica en comparación con el resto de disciplinas que él conocía:
"Más urgentes son todas, pero ninguna es mejor"
Si algo se puede extraer de esta sentencia es que la sociedad exige, sin duda alguna de la satisfacción de sus necesidades más elementales: bien sea alimentación, ropaje, techo, trabajo, etc. Que ésta debe caminar hacia un estadio mejor y más justo. Pero también que la mera satisfacción de estas necesidades elementales, por muy bien que se hiciera, no haría con la vida humana mucho más que mejorar nuestra primitiva condición animal.
Tal como afirmaría Glaucón, la sociedad hedonista resultante de esta narración no distaría de una sociedad de cerdos, de constante consumo, sin más entretenimiento que el automatismo de dormir-trabajar-comer. Sin reflexionar, por lo tanto, el ser humano no dista de ser un animal más, mucho más desarrollado, pero un animal en esencia. Sin nuestra capacidad de reflexionar, sería impensable que fuésemos un animal que disfruta del arte, de la música, de la lectura, del cine.
El ser humano solamente tiene la capacidad de realizarse por completo saliendo de la caverna platónica, rompiendo las cadenas y aceptando su capacidad como ser pensante y reflexivo. De lo contrario, no distamos de ser algo así como los replicantes de Blade Runner o como los robots de Westworld (si nos acercamos más al presente).
Dentro de esta idea juegan un papel esencial las enseñanzas humanísticas del currículo actual educativo. Lejos de interpretarlas como asignaturas memorísticas, su papel debe centrarse en desentrañar el papel del ser humano dentro de las sociedades pasadas, presentes y futuras. Generar debate y alimentar la reflexión del alumnado es la máxima obligación de un docente. Y esto no es algo que únicamente yo afirmo. Las diferentes leyes educativas así lo constatan.
El objetivo prioritario de los saberes humanísticos debe ser generar conciencia crítica
Porque nuestra educación actual puede tener urgencias de todo tipo (a menudo al compás de lo exigido en los informes PISA), pero ninguna es mejor que generar inquietud, reflexión y mentes críticas.
La máxima diferencia entre Platón y Aristóteles está reflejada en esta pintura. Platón eleva el dedo índice al cielo en referencia clara hacia su mundo de las ideas, mientras que Aristóteles baja la mano, en alusión a sus preferencias por estudiar el mundo terrenal
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