Recuerdo aquella tarde de otoño de 2009 cuando mi profesor de Teoría del Derecho entró por la puerta y dijo que traía consigo a uno de los pensadores más ilustres y menos conocidos que han existido. Y nos acercó un libro: Walden, de Henry David Thoreau.
Yo ya estaba coqueteando con la idea de huir de esa carrera, pero aquello me conquistó. Terminé la clase y fui a una librería en el Espolón de Burgos a comprar y devorar el libro de aquel hombre. Con el paso del tiempo, compré más libros del autor para profundizar aún más en sus escritos.
Henry David Thoreau es un personaje curioso de la historia de Norteamérica. Profesor durante un tiempo, su principal obra, ya referida anteriormente, narra las andanzas de este hombres cuando decide huir de su pueblo para construir una cabaña y residir en ella durante un tiempo. Según escribió
"Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente; enfrentar solo los hechos de la vida y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar. Quise vivir profundamente y desechar todo aquello que no fuera vida... para no darme cuenta, en el momento de morir, de que no había vivido".
Quizá fue este hecho el que me animó a dejar estos estudios para profundizar en aquellos que verdaderamente consideraba interesantes, por muy "inútiles" que me advirtieran desde mi entorno que eran.
¿Qué se puede aprender de Thoreau? Algo muy simple. Un hecho del que podría escribir muchas hojas, pero que de momento sólo voy a dedicar una breve reflexión: la cuestión de si se estudia para los demás o si se hace para uno mismo.
Thoreau, ante su inexperiencia en muchos ámbitos decide enfrentarse a sí mismo y a su desconocimiento, enfrentarse a lo que le rodea y aprender de forma autónoma. No hablamos únicamente de cómo construir su cabaña o de cómo vivir de forma autónoma, sin interferencia de terceros. Sino de aprender a vivir con uno mismo, de satisfacer la curiosidad innata a través de la propia acción, de dedicar tiempo a la reflexión y a la meditación sobre temas muy complejos. Thoreau demuestra una forma cuasi-ascética de enfrentarse a la vida. Y eso nos permite a nosotros reflexionar sobre la nuestra.
¿Es necesario vivir con tantos elementos tecnológicos a nuestro alrededor? ¿Es bueno el consumismo masivo, o podemos vivir de una forma más sencilla? ¿Lo que hacemos, lo hacemos porque nos satisface a nosotros o porque queremos satisfacer al resto?
Los mejores libros son los que generan más preguntas que las que resuelven. Y éste, es único en ese aspecto.
Comentarios
Publicar un comentario